Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
ANTIGÜEDADES DE LA NUEVA ESPAÑA



Comentario

De las cosas que deben tratarse después y del cúmulo de los años


El día se contaba desde una media noche hasta la siguiente (?); veinte días completaban un mes, excepto el último, al cual se le añadían otros cinco; el año constaba de trescientos sesenta y cinco días y seis horas, dividido en dieciocho meses, y el siglo o cúmulo, gavilla o atadura de años, de cincuenta y dos. Cuando se completaba éste, se hacía el fuego nuevo con dos maderos aptos para encenderlo, golpeados y frotados entre sí, porque ya no era lícito usar más del antiguo. Cada mes hacían sacrificios a cada uno de los dioses, y celebraban sus fiestas que se llamaban fijas, porque las movibles se regían por los veinte signos, según lo que había enseñado Quetzalcóatl, venerado entre los principales dioses, y por los mismos decían que se presagiaba y se prometía la fortuna y el infortunio a los niños nacidos en aquel tiempo, de todo lo cual tendré que hablar dentro de poco más ampliamente. Era la costumbre referir cada año a uno de los cuatro puntos cardinales por orden, numerados trece, empezaban cuatro veces desde la unidad, hasta llegar el quincuagésimo segundo, que era el más célebre de todos, se llamaba el cúmulo, gavilla o atadura de los años y estaba consagrado a Xiuhteuhtli, dios del fuego. Encendían el fuego nuevo con dos renuevos de ciertos árboles, frotándolos de alguna manera especial, porque (como ya se dijo) no estaba permitido usar el anterior. Encuentro varias opiniones acerca del principio del año, pero la más aceptable es que comenzaba el segundo día de febrero.